Para una novela con cuentos... otro cuento

Comenzamos a leer la novela “Historias a Fernández”de la autora Ema Wolf.  Luego de leer el primer capítulo nos enteramos que Fernández se golpeó la cabeza y por eso, no tiene que dormir durante tres horas.  Esta es la razón por la cual a su dueña se le ocurre la maravillosa idea de contarles cuentos, uno por cada hora, intentando lograr el desafío de mantener despierto a Fernández.

Para colaborar con la dueña, cada uno de nosotros escribió un cuento que le contaría a Fernández, usando el mismo método que ella encontró para inventar las historias: mirar por la ventana y a partir de lo que veía, armar un cuento.

Compartimos con ustedes uno de los cuentos.  El autor es Boris y se le ocurrió inventar esta historia porque al mirar por la ventana, vió un gato y una chica.  Entre todos, hicimos los arreglos necesarios para compartirla con ustedes.

Esperamos que la disfruten.

El gato perdido

Duque era un gato doméstico que tenía muchas costumbres, una era dormir todo el día.  Dormía y nunca se sabía dónde estaba.  Otra de las cosas que le gustaba era comer.

Estaba comiendo, cuando de repente apareció en otro mundo, “El mundo de los gatos”.  Se encontraba raro porque no conocía ese lugar.

Nunca había visto algo así, un mundo lleno de gatos. 

Se sentía solo, perdido y con tristeza.

De pronto escuchó un plaf, plaf, plaf. Empezó a seguir el ruido hasta que sintió que se caía por un agujero.  Del susto gritó:

-¡¡¡¡¡miiiiiaaaauuuuuuuUUUUU!!!!! -

Sobresaltado, respirando como un loco, agitadísimo, se despertó.

Los dueños lo estaban buscando.                                                                           

Al final lo encontraron bajo la cama, siguiendo el maullido de Duque.

La dueña le dijo:

-Tuviste una pesadilla, no temas. Yo estoy aquí-.